Las protestas de los agricultores se centran principalmente en bajos salarios, la presión impositiva que provocan en las granjas las medidas de cuidado medioambiental o la importación de productos, lo que causa un impacto en la industria local.
El gobierno francés pidió a la policía que ponga en pie un “dispositivo de defensa importante” para impedir que los gremios del sector agropecuario, que anunciaron un paro para el lunes, bloqueen las entradas de París.
Las representaciones agrícolas anunciaron que prevén realizar un “cerco de la capital por una duración ilimitada” a partir del lunes para denunciar su difícil situación económica, en medio de las protestas que llevan adelante desde hace más de una semana.
Para impedir que bloqueen la capital, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, reunió a los directores generales de la policía y la gendarmería, y al encargado de la policía de París ante quienes también reiteró su petición de “moderación” por parte de las fuerzas de seguridad frente a los agricultores.
“La postura sigue siendo la misma: la policía debe actuar con gran moderación” y sólo intervenir “como último recurso” si la integridad de las personas está amenazada o en caso de daños graves a los edificios, explicó el ministerio, citado por la agencia de noticias AFP.
Las protestas de los agricultores se centran principalmente en bajos salarios, la presión impositiva que provocan en las granjas las medidas de cuidado medioambiental o la importación de productos, lo que causa un impacto en la industria local.
Los agricultores denuncian en particular la caída de los ingresos, las bajas pensiones, la complejidad administrativa, la inflación de las normas y la competencia extranjera.
Los principales sindicatos agropecuarios consideran insuficientes los anuncios del gobierno de Emmanuel Macron a favor del sector.
El presidente del principal sindicato agrícola del país, la FNSEA, Arnaud Rousseau, llamó hoy “a la calma y a la determinación”.
“No puede haber otros accidentes”, declaró, refiriéndose a lo ocurrido a principios de esta semana en el suroeste del país, donde una agricultora y su hija murieron atropelladas por un vehículo que intentó atravesar una barricada.
Pero también advirtió que esta será la “semana de todos los peligros”, dado que las protestas de los ruralistas tiene lugar en distintos países de Europa.
En Alemania, el sector se ha movilizado desde finales de diciembre contra la reforma de la fiscalidad del diésel agrícola decidida por el gobierno de Olaf Scholz.
En tanto, agricultores belgas bloquearon hoy el tráfico de la autopista E42 en el norte de Namur, una ciudad situada en el sur del país.
Los tractores llevaban banderas de Bélgica y de los sindicatos y un banderín decía: “Si morimos, ustedes se morirán de hambre”.
Los agricultores protestaron además fuera de un estadio de fútbol el domingo, retrasando de media hora un partido.
Se ha vuelto “imposible tener ingresos decentes”, dijo Pierre d’Hulst, portavoz de la federación FJA de jóvenes agricultores, que organizó las protestas.